No sé ni cómo empezar… Creo que es la tercera vez que pulso
la tecla de borrar porque cada frase que pongo no me convence. Últimamente no
soy yo el que escribe, mis dedos pulsan las teclas pero no sé quién está al
otro lado, no me reconozco ni yo, ni ella, ni ellos. Alcancé mi realidad y se
esfumó; empiezo a confundir rencor con cariño y odio con amor. Parece que estoy
posado en una goma elástica en tensión y en cuanto me rozan salgo disparado a
castigar a quién ni si quiera me tocó. No sé si esto es depresión o es tontería,
no sé si soy un dramático chiflado o un pesimista bucólico. No sé ni quién soy,
pero vosotros tampoco tenéis ni idea de quiénes sois realmente; paraos a pensar
5 minutos sobre ello y acabaréis reflexionando durante horas; mas no es nuestra
existencia de ser lo que me preocupa.
Me gusta guardar casi todo lo que me pasa para mí, desde ese
punto de vista soy bastante egoísta y supongo que eso es lo que me provoca
llegar a este punto. Solo escribo para deshogarme, escribo para mí y solo para
mí… Mentira, escribo por mí y por ella. La forma sinuosa y siniestra en la que
han acaecido los hechos más recientes me puso contra las cuerdas y después me
tumbó; aquí no hay árbitro, ni toalla, ni cuenta atrás, ni ayuda porque así lo
elegí yo; porque es mi vida y yo decido quién entra, pero no quién se va. Me
llamaron casi loco, lo acepté. Me tacharon de niñato e indudablemente llevaban
razón. Me dijeron negativo desbordado y alquimista de fragancias únicas,
albañil de condiciones e inconformista ante lo injusto. ¿Quién sabe? Quizás esté
loco y no lo sepa, tal vez vosotros también y aquí estáis, leyendo las letras
de otro tarado con el que os sentís identificados.
Soy irresponsable, inmaduro para mi edad y sobretodo raro,
pero esto último es lo mejor de mí. La mayoría no entienden lo que escribo, y
la minoría que piensa que sí tampoco lo entiende. Recuerdo aquel que dijo: “Llamaron
loco al genio”, mas creo que no es el caso. Ni quiero, ni lo necesito. Soy como
me hiciste y tú eres como yo te hice. La ciudad calla, la moral chilla. Literatura
abstracta para mentes privilegiadas.
"Cuando más lo necesitas nadie regala nada"
No hay comentarios:
Publicar un comentario