Visitas

sábado, 25 de febrero de 2012

Quiero silencio, desayunar despacio, mirando al mar borrachos mientras perdemos el juicio.

Silencio. Más silencio. Y más silencio todavía. Ese silencio tan severamente profundo y oscurecido que se convierte en sonido. Ese silencio que hace eco en tus oídos. Ese silencio que hace que tus pensamientos comiencen a dar golpecitos en la cabeza para hacerte reflexionar en todo lo ocurrido durante un corto periodo de tiempo que ha marcado gran parte de tu efímera pero intensa felicidad, en la gran cantidad de momentos únicos vividos en esa escasa etapa de tu vida. Instantes de sonrisas por todo lo vivido, se convierten en lágrimas deslizándose sobre tus mejillas, sonrisas rotas por esa sensación de vacío permanente, de soledad, que no te queda más remedio que afrontar sin ayuda. Reflexiones que hacen que tu cuerpo se convierta en una guerra entre sentimientos y razón provocando una sacudida a cada uno de los músculos que forman tu ser y estremeciendo cada diminuta célula que compone tu físico. Ignoran cualquier tipo de rechazo hacia ellas, quieras o no ahí están haciéndote sufrir, enviándote retratos de esas circunstancias tan especiales vividas gracias a una gran oportunidad echada a perder que te acecha cuando menos te lo esperas. Pero cuando tus ojos vuelven a secarse… Simplemente vuelves a sonreír, porque al menos has sabido aprovechar ese corto periodo de tiempo intentando hacer feliz a la persona que hace que tiemblen tus entrañas, aunque no hayas logrado hacerlo.

martes, 21 de febrero de 2012

Límite: Indeterminado.

Una desgracia que los límites solo fueran para mí, los demás siempre tuvieron derecho a intentarlo todas las veces posibles. Supo parar los pies a quien quiso y a quien no le dejó al libre albedrío. 
Como nos gusta que nos olfateen los bajos y cuanto odiamos ir detrás de la gente.
Sí, cierto es que mejor tarde que nunca pero nadie dijo que no pasaría nada por entrar ya en madrugada. El reloj ya pasó de las 23:00 y está a punto de dar las campanadas para que cenicienta llegue a tiempo a casa, pero no la apetece volver... A lo mejor el zapato que perdió en esa fiesta es algo más que un objeto con el que pisar. Por mucho que diga eso solo lo sabe ella.
Mientras ella ya había soltado el bolígrafo, yo dibujaba la curva del 2 a lápiz para poder borrar cualquier defecto.
Está bien, no seré injusto. No siempre utilicé la goma pero sí supe cambiar el medio en el que dibujar. Tal vez... Y digo tal vez porque la duda me empapa, algo si que puedo significar. Quizás una sombra detrás del elefante, una cara vieja ante la de un simio, la verdad que tanto duele frente a la despreocupación de un desconocido, quién sabe. Digamos que vengo siendo Jorge y afirmemos que soy un estúpido. Presupongamos que estoy loco e intuyamos que la cuerda me ató. Casi me ahorca... ¿Me conoces? Yo a ti no. Seré sincero, nadie me entiende pero tampoco me preocupa. La verdad es que la cuerda quemaba a veces, mas tenía su punto dulce. Puedes llamarme masoca quitando el concepto de que me humillen, aunque nadie lo sabe. ¿Alguien conoce lo que digo? Está bien, dejaré de decir cosas sin sentido... O bueno, que coño, mejor no. Esto es sencillo, debí guardar silencio pues todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra, pero eso lo dicen los polis y que les jodan. Así pues, la cantidad de sandeces que puedo decir por segundo es abismal, no se puede calcular ni medir, es mí defecto. Quizás mi virtud. Baaah! Soy yo y ya está. ¿He cambiado? No, tal vez... Sí. Llevo un tiempo engañándome a mí mismo y ya me había acostumbrado.
¿No decir la verdad es mentir? ¿Y si se oculta cierta parte pero el resto se dice? ¿Y si...? NADA, aquí nadie es juez y nadie obliga a nadie a hacer algo ni a no hacer algo, ni se imponen leyes sobre un fondo en blanco. Tenemos todos los derechos del mundo, pero yo puedo tener derecho a una educación y no quererla, también a comprar un libro y que otro lo robe. Pero siempre se puede pensar un poco en los demás. 
Simplemente lanzamos monedas a la fuente con la esperanza de que caigan de cara y se cumpla nuestro sueño. Una gran putada no poder soñar otra vez junto a ti, pero nada es para siempre...¿No?
Lo siento, lo hago por los dos.