Son casi las 4 de la mañana y huelo rabia, desesperación e
impotencia.
Tu sueño está tan cerca como ganas e ilusión tengas por
cumplirlo y tan lejos como con cuántas piedras te entretengas por el camino. No
soy quién ni tengo por qués. No pierdo el tiempo pero no termino de
aprovecharlo. Sueño ligero pero ilusionado, profundo, desbocado… Cada día
amanezco como un crío con zapatos nuevos aunque a veces se me olvida ponerme
los calcetines y así pasa… Que mis pies acaban destrozados por caminar tanto hacia
ese lugar sin estar preparado. Tan pronto subes como se colma el vaso y se
desborda. Tan tarde te das cuenta que el vaso se derrama sobre la mesa y el
agua sobrepasa su límite haciendo catarata, inundando el suelo lentamente; entonces
debes tener cuidado, porque cualquier movimiento en falso te puede hacer
resbalar y caer de espaldas. Ahí estás perdido.
Se me llena el pecho de locura cuando veo que los más
hambrientos no están comiendo ni si quiera las sobras y los que se deleitan con
el pastel no merecen ni la masa de éste. Esta situación da lástima. Además, no
es sólo esto, la gente sin criterio da bola a gente que está ahí arriba por ser
amigo de… Cuando lo único que hacen subiendo a un escenario es aburrir y, en mi
humilde opinión, demostrar que están ahí chupando de la sangre de otro. Lo peor
de todo es que la culpa la tienen los que dejan que los parásitos se amamanten
de ellos.
No me quita el sueño porque sé que a mí no me va a afectar
pero tampoco callo porque están jodiendo a chavales que valen mucho más que
todos esos individuos sin personalidad.
“Más peña entra, más peña sobra”