Visitas

sábado, 28 de diciembre de 2013

Aquí y ahora.

   Últimamente tengo el corazón como una piedra, pienso con el pecho y amo con la cabeza.
   
    Quién entrara en tu cabeza, enseñarte a ganar y que perder te diera pereza. Hacerte la guerra y después firmar la paz entre la lavadora y la encimera con tus gemidos como banda sonora, repitiéndonos como las horas en un reloj de cuerda.
   Ser yo la lluvia y ser tú mi tierra; ser tú la hierba y yo una puta regadera.

   Para ti, aquí y ahora, mi prosa con déficit de atención de tu mirada rota.

lunes, 16 de diciembre de 2013

NUBES, ¿No ves?

Llevo tanto tiempo reprimiendo que el día que me hagas sentir me echaré a llorar.
 Enterré el piano para tocar la batería y desde entonces no he parado; aunque echo de menos el sonido del arpa y el roce que acompasaba a mis dedos con su cuerda, por no hablar de sus curvas…
Últimamente el papel se ha convertido en enemigo y los meses sin banda sonora se han alargado demasiado, quizás lo suficiente como para no reconocerme. O no reconocernos.
Sé que estás ahí pero no sé quién eres; al final solo son imágenes de una cabeza en obras desde hace algunos meses.
Escalando escaleras al cielo esquivando muchas nubes y pidiendo la más grande, que me distraiga en noches de tormenta...




...Qué me diluvie encima si la encuentro entre mis planes.

sábado, 6 de julio de 2013

Latente.

Teniendo en cuenta que la soledad está acompañada del silencio, nunca se está solo. He escapado de muchas vidas como para seguir pensando que la historia son casualidades, por muy bonito que sea creer en las coincidencias. El verano trae novelas de misterio y acción firmadas con maquillaje; el otoño las pudre en un desván que el invierno congela y deja latente para que la primavera vuelva con sus tonalidades a dar vida a lo que un día fue necesidad. Torciendo el pomo oxidado de la libertad encajé demasiados vicios, tantos como años tenía aquel viejo que siempre se sintió joven; puedo sentirlo en la resaca del mar, en la brisa del columpio y en el micrófono cuando mi voz se rompe. A veces, el libre albedrío es un salto mortal desde una catarata de agua cristalina que se ensucia nada más caer, porque aquí no vale ser testigo de tu propio fin si no has sido el protagonista del espectáculo que algunos denominan 'vivir'. Persiguiendo la felicidad escondido tras su sombra.

jueves, 21 de marzo de 2013

Si ves que me hundo, déjame solo.


    Por suerte o por desgracia la muerte también forma parte de la vida y yo muero al menos una vez al mes.
    He cogido miedo al papel y al humo que se condensa cuando le susurro ecos que deslizan entre margen y margen. Será por eso de que miro al mismo espejo donde una tarde vi crecer anémonas derritiéndose, aunque prefiero pensar que me lo imaginé.
    Ya estaban allí cuando llegué. No quedaron cuando me fui.
    A veces recoger flores no es tan fácil; y olvidar todos y cada uno de los pétalos se hace eterno.

Si ves que me hundo déjame solo.
                                  




El último que apague la luz o que traiga de vuelta mi pupitre.

lunes, 14 de enero de 2013

Suposiciones.


    Supongo que yo no nací para ser un mediocre. Supongo que seguí remando cuando el río se hizo escarcha y es por eso que me quedé frío. Supongo que el tiempo solo importa cuando estamos lejos. Supongo que estoy cansado de oír tonterías, de ver lágrimas de cocodrilo y de conocer a intentos de persona. Supongo que baje la persiana para que no me diera el sol, pero sé que dejé la ventana abierta para ver quién venía a levantarla. Supongo que pasar páginas también es peligroso, lo digo por los cortes en las yemas y la distorsión de mis pupilas que no me deja leer más allá del prólogo. Supongo que elijo yo y que yo no puedo decidir. Supongo que entre algunas miradas siempre hubo cierto ‘affaire’ que el tiempo decidió reservar para otra ocasión. Supongo que construí una torre demasiado alta, sobre un suelo demasiado blando, para un fin demasiado imposible. Supongo que la caída no duele tanto cuando tienes una goma elástica atada a los pies y un casco fabricado con recuerdos que impiden que duermas.
    Creo que las mariposas del estómago esta vez no han subido a la cabeza y que a los pájaros que me gravitan les sobran el pico y las alas.
    Pero quién sabe, solo son suposiciones.


"Mis inquietudes son supongo las de cualquier joven"

lunes, 24 de diciembre de 2012

Palpándonos.

    Echo de menos un beso sincero, una caricia que me lleve del menos cien al cero. No quiero el cielo, quiero tu infierno, ser fuego eterno... Aunque me quieras lejos entraré con sigilo, haré que nuestras pupilas bailen ombligo con ombligo al compás de las gotas de lluvia que cayeron sobre nuestros domingos.
    Hoy es día de tormenta y caen chuzos de punta sobre lo que un día llamamos nuestra fórmula secreta; escribo a ciegas pero no estoy ciego, sé lo que hago y por quién me rompo aunque esté casi ahogado.
    Tu espalda es mi arpa y el corazón el bombo y la caja, decidimos estar desnudos cuando tus piernas pidieron a gritos ser secuestradas, y nada más, una vela e incienso para quitar el olor a gas y así nos quemamos... Palpándonos, empapando la atmósfera de odio a ratos.






"No conseguir lo que querías puede resultar un maravilloso golpe... De suerte".

lunes, 10 de diciembre de 2012

Vuélcate conmigo y me vierto.


       Ese chico se está deshaciendo al compás de las manos de aquella pianista; su melodía no desafina y el hilo musical hace que se pierda el violín de fondo.
       Ese chico no sonríe para nadie más, desentona demasiado para no ser diferente. Todos ven algo en él pero pocos son capaces de apreciarlo; no puede disimular no haber pillado a su orgullo en Bentley vigilando su azotea, vestido de traje, con la tristeza como compañera de viaje y la indiferencia despidiéndose pañuelo en mano.
       Una vida repleta de frases sin acabar y demasiados paréntesis, las manos arañadas de plantar rosas y recoger espinas y un saco de malas costumbres que solo la avaricia podría romper.

      Queda poco que decir desde que ese violín encontró su piano.