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sábado, 7 de abril de 2012

Bajo presión, sobre tus ganas.

Creo que nadie en este mundo es dueño de sí mismo, todos vamos y venimos con la marea de mierda a la que algunos llaman sociedad. ¿Somos libres o no somos libres?, ¿Existe la felicidad o no? Los anuncios de Coca-Cola dicen “Destapa la felicidad”, pero por más que abro botellas sigo igual que siempre.
Yo no soy nadie, soy una mota de polvo en cualquier estantería del salón de una mansión; soy el grano de arena que junto a muchos otros forman islas desiertas; soy la tristeza personificada y la superación hecha un desastre. A pesar de mi insignificante existencia sobre el tapiz universal, tengo sentimientos.
Mi capacidad de decisión es casi nula, me cuesta elegir pero también que me elijan. Nunca se me dio bien sonreír y cuando he tenido la sonrisa de tonto asomando por mi rostro me abofetearon. No obstante, soy un tipo luchador e intenté volver a sonreír poniendo la otra mejilla pero acabé con las mejillas coloradas, el rostro serio y las cejas arqueadas. Siempre seguí dependiendo de las bofetadas… Simplemente las esperaba, pensé que merecían la pena esos segundos de dolor porque al menos era capaz de esbozar sonrisas. Una vez más, me equivoqué.
Todos creemos ser especiales, ¿Verdad?, que las cosas no nos van a ocurrir a nosotros, que somos superiores al resto… Es normal, somos animales y como tales nuestro instinto nos lleva a la competitividad, “la ley del más fuerte”, ¿No? Nos centramos en nosotros mismos sin mirar más allá de los pasos que dan nuestros zapatos. Ahora bien cuando pisamos mierda y nos hundimos, entonces si nos acordamos de los demás para que nos ayuden a salir. Egoístas. Hipócritas.
Estoy cansado de historias a medias y de tener que arrancar páginas de mis libros. 
Hoy empieza mi nueva vida.

"Dale otra calada y échale el humo a la cara al mundo"

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