Llevo tanto tiempo reprimiendo
que el día que me hagas sentir me echaré a llorar.
Enterré el piano para tocar la batería y desde
entonces no he parado; aunque echo de menos el sonido del arpa y el roce que acompasaba
a mis dedos con su cuerda, por no hablar de sus curvas…
Últimamente el papel se ha
convertido en enemigo y los meses sin banda sonora se han alargado demasiado,
quizás lo suficiente como para no reconocerme. O no reconocernos.
Sé que estás ahí pero no sé quién
eres; al final solo son imágenes de una cabeza en obras desde hace algunos
meses.
Escalando escaleras al cielo esquivando muchas nubes y pidiendo la más grande, que me distraiga en noches de tormenta...
...Qué me diluvie encima si la encuentro entre mis planes.
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